martes, 6 de diciembre de 2016

CUATRO ACUERDOS TEMA 6

EL CAMINO TOLTECA HACIA LA LIBERTAD


Una verdadera libertad es de ser quién es uno en realidad. Pero siempre se culpa a todo, y ¿quién impide la libertad? No es otra cosa que nosotros mismos.




Ejemplo, siempre se visualiza a todos los niños de preescolar que hacen su voluntad, como jugar y son curiosos con el entorno que les rodea explorando el mundo, no manifiestan otro miedo más que el de hacerse daño, cuando tengan hambre y que sus otras necesidades queden poco o nada insatisfechas. Ni les preocupa el pasado ni el futuro; sólo viven su momento. Además son tan afectuosos que cualquiera lo reciba y devuelva, si y sólo si los niños perciban amor de parte de los mayores, siendo primordialmente sus padres.

Sin embargo, a medida de que uno va creciendo se nos imponen reglas y normas hasta las más rígidas que nos obligan a renunciar la libertad y, por consecuencia, se infelices.



¿Por qué no interactuamos siempre con el niño o la niña interior? Es tiempo de librarse de la tiranía del juez y dejar atrás el papel de la víctima, pues podemos jugar, reir, dibujar, pintar, cantar, componer una poesía, escribir un diario, cuento o novelas con todo lo que tiene uno dentro. De esta forma, el niño o la niña vuelve a aparecer y se deleita.

Mas volviendo al mundo real existe la responsabilidad que ensombrece la cuestión, aunque conservemos la niñez interior.

Además de vivir  como niños, otra solución sería vivir un maestro tolteca con sus tres maestría: la conciencia, la transformación y el intento (o amor).

Una iniciación  de la muerte consiste en que los hábitos nocivos desaparecerán de cada vida de un individuo a medida de que "morimos" (me refiero a la negatividad). En otras palabras, eso es la transformación.

En esta libertad no estará exenta la disciplina que sólo nosotros impongamos, es decir controlar cada uno de los comportamientos.

Otro boleto para la libertad de uno mismo y de sus dolores es el perdón, tanto para pedirlo como para darlo, pero es nuestra elección hacerlo dependiendo de cuán grande es el sufrimiento y la capacidad  para perdonar.

Si bien algún día moriremos cuando menos lo esperamos, hay que disfrutar la vida lo máximo que se pueda como si fuera el último día,  ya que la muerte nos enseña observando cómo  las personas van dejando este mundo de una u otra forma, sea que aprovecharon la vida o no.

Escrito por Belen Enríquez Nava, por la Universidad Mexiquense del Bicentenario,
Por la Unidad de Estudios Superiores Ixtlahuaca.

FUENTE:
RUIZ, Miguel A.(1997), en Los Cuatro Acuerdos, Ed. Urano, Barcelona, pág. 55-71. Archivo PDF.

No hay comentarios:

Publicar un comentario